Texto: Almudena Rozalén
Todo empezó con un temporal de lluvias del 12 al 14 de octubre de 1957, esta tempestad
quedó grabada en la memoria de muchos valencianos por el impacto de la crecida del río Turia
que asoló la ciudad de Valencia. Por tanto, otras localidades como Marines también fueron
damnificadas por el temporal.
En Marines las precipitaciones comenzaron durante la tarde del día 12 y se prolongaron
con mayor intensidad durante el día 13. En la mañana del día 14, sobre las 10:30h, los testigos
narran que el cielo se oscureció y la lluvia arreció, acompañada de un importante aparato
eléctrico. Este último acontecimiento fue el que activó el posterior movimiento de masa. Sobre
las 12:00h comenzó a discurrir un volumen creciente de agua y barro por el Vallejo, que obligó
a los vecinos de dicha calle a reforzar los portones de casa y corrales. De repente, a las 12:15h
la carga sólida se multiplicó y una masa compuesta principalmente por bloques y fango
procedente de la vertiente oeste de las crestas del Rodeno alcanzó la mayor parte del casco
urbano de Marines, causando 6 víctimas y numerosos daños materiales.
La mayor parte del flujo discurrió por la calle del Vallejo o de las Delicias. En el sector
más alto derribó parcialmente muros y dejó un surco aparentemente superior a un metro por
debajo de la cimentación de las estructuras (Figura 3). A la salida de este estrechamiento el
impacto sobre las construcciones fue mayor. Todos los corrales fueron arrasados y los muros
de las viviendas reventaron.
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Figura 1. Composición a partir de dos fotografías del Vallejo y la trasera de las viviendas de la
calle Purísima. A la izquierda, la primera vivienda de la calle Vicente Coll. |
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Figura 2. Composición a partir de dos fotografías que muestran la pared mediera de una de
las dos viviendas derribadas por el flujo. |
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Figura 3 y 4. Fotografías tomadas donde la calle del Vallejo cruza la calle Cristo y se ensancha. |
En paralelo, el flujo discurrió con menos intensidad por la calle Vicente Coll. Pese a
ello, pudo desplazar un bloque de grandes dimensiones que quedó atascado a media pendiente,
antes de la intersección de la calle Cristo. Este bloque impidió el paso de los demás sedimentos,
que en dicho punto arrastraban maderas, cañizos y mampuestos de los derrumbes producidos
aguas arriba (Figura 5). La acumulación de los sedimentos retenidos por este bloque, y la
presión del flujo, reventaron los muros de algunos edificios.
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Figura 5. Imagen tomada que muestra la calle Vicente Coll obstruida por los derrubios. |
El flujo que había descendido principalmente por la calle del Vallejo llegó posteriormente a la
Plaza del Sol donde causó graves daños a la primera vivienda y desplazó de su sitio sin derribarla, la
Casa del médico (Figura 6), que era de las más nuevas del municipio 1954. Entre ambas existían unos
corrales que fueron completamente arrasados. Por ellos atravesó la mayor parte del flujo, que saltó
la carretera, la cruzó y entró en los olivares aterrazados.
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Figura 6 y 7. Imagen de la acumulación de derrubios frente a la Casa del Médico. |
En la figura 8, se puede observar el tramo que realizó el flujo de derrubios desde la cima del
monte Rodeno hasta cruzar la carretera y hacer su deposición en los campos aterrazados.
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Figura 8. Ortofotograma de formas asociadas al evento y afección sobre construcciones, realizado a
partir de la fotografía aérea del “vuelo americano” de 1957. Elaborado por Carles Sanchis Ibor. |
BIBLIOGRAFÍA
Sanchis Ibor, C., Mateu Bellés, J. F., & Rozalén García, A. (2021). Reconstrucción de un flujo de
derrubios: el desastre de Marines (Valencia) de octubre de 1957. Boletín De La Asociación De
Geógrafos Españoles, (88). https://doi.org/10.21138/bage.3017
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